El Ocaso del Samurái de Yôji Yamada (2002)

David López | 1380 palabras | 9-10 min

El Ocaso del Samurái de Yôji Yamada (2002)

Yôji Yamada director de: El Ocaso del Samurái

Yôji Yamada director y uno de los guionistas de la película que se basa en una novela, se convirtió hace un tiempo en uno de mis directores japoneses favoritos. Habré visto hasta seis películas suyas y todas me han gustado. El Ocaso del Samurái se estrenó en 2002 y forma parte de una magnífica trilogía junto con Love & Honor y The Hidden Blade.

Tres historias diferentes con un mismo nexo común, el mundo samurái. Curioso es que a pesar de que las tres cuentan con su enfrentamiento a muerte entre dos samuráis, Yôji Yamada se deshace de las tendencias de hacer espectaculares los combates y los convierte en encuentros tensos y realistas donde se puede sentir como ambos guerreros se juegan la vida. Sin ir más lejos, estas batallas que serían el eje central de una superproducción occidental de Hollywood, para el director japonés es algo tan importante como lo es la banda sonora, unas actuaciones creíbles y memorables o el mimo con el que trabaja cada escenario.

La mejor trilogía de películas de Samuráis

Para el director todo forma parte de un conjunto global y en sus films todo se siente completo, verosímil, sencillo y brillante.

Analizando el secreto de la mejor película de Samuráis

Seibei Iguchi (interpretado por el gran Hiroyuki Sanada) es un personaje increíblemente bien construido el cual es coherente en su papel durante las 2 horas y 8 minutos que dura el film.

Seibei pierde a su mujer al comenzar la película y vive la vida de pobre de un Samurái de rango bajo, obligándole a tener trabajos extras para salir adelante. Vive en la escasez con sus dos hijas quienes ama profundamente y trata de educar enseñándolas a vivir libres de prejuicios, también las invita siempre a leer, a pensar por ellas mismas. Les inculca valores modernos.

Pinayu, curioso, te pregunta...
¿Qué te parecen hoy en día las películas de Samuráis?

Con esto y en decenas de situaciones se muestra la personalidad tan humana de Seibei; honesta, humilde, respetuosa con todos los seres con los que trata, sacrificado por su familia, fuera de toda aspiración por prosperar debido a que las penurias y sus tristes vivencias le han hecho (afortunadamente) apreciar la vida en pos de la sencillez y la tranquilad, siempre fuera del uso de la violencia, alejado de las batallas de samuráis.

Los combates de samuráis según la visión de Yoji Yamada

Imagen de Seibei en un combate en El Ocaso del Samurái

Pero es una película de Samuráis y aunque El Ocaso del Samurái es más que batallas entre guerreros, a pesar de que en el trailer se habla mucho de esa batalla final, las hay. El director jamás descarta completar su obra con un apasionante combate con un estilo más elegante alejándose de lo convencional en el cine occidental. Evita las típicas y largas secuencias de golpes de espadas que buscan fascinar por algo mucho más realista. La segunda batalla del film se muestra muy tensa y llena de matices, transmitiendo al espectacdor con las miradas, con las posturas, con las palabras intercambiadas antes de desenfundar sus katanas. Para mi es una lección magistral de cine.

Trailer de la película: El Ocaso del Samurái

Lo que me fascina de los combates rodados por Yoji Yamada

Los combates largos y espectaculares se cambian por algo de más valor. Si el espectador profundiza en las dos escenas de combate de espadas, se da cuenta de las estrategias psicológicas de cada rival, el intentar desconcertar, mantenerse firme, ganar ventaja al enfadar con algo que se dice, en un principio dicho inocentemente pero que consigue desconcentrar y encolerizar al oponentes. Esto es muy sutil y quien conozca la historia de Musashi Miyamoto y su arte con la espada, o conozca bien un arte marcial, apreciará en gran medida todos los detalles de los combates en las tres películas de Yoji Yamada. A mi parecer eso es muchísimo más valioso que, por poner un ejemplo, una espectacular y larga batalla entre Neo y el Agente Smith.

El personaje de Tomoe: llega para enamorarnos

Cuando entra en escena Tomoe (interpretada por Rie Miyazawa), nos enamoramos de ella. Es cálida, respetuosa, generosa, sabe lo que le conviene y lucha por su bien. Es una amiga de la infancia de Seibei que se reencuentra y poco a poco va entrando en la vida del protagonista. Es un personaje con quien empatizamos fácilmente. Guardan una relación de amistad muy bonita la cual evoluciona y... en fin, no hago más spoilers (risas).

Imagen de Tomoe en El Ocaso del Samurái

¿Por qué le gustaría al gran público?

El secreto de que resulte un film tan especial y pueda llegar a ser un imprescindible para el espectador, se traduce en el uso de la unión tan sutil y tierna, aunque también predecible, de los personajes de Seibei y Tomoe cuyas vidas se nutren de unos problemas universales y atemporales con los que cualquier ser humano podría empatizar: La muerte de su pareja, la pobreza, el divorcio, el maltrato, las tradiciones y restricciones que nos atan, el crecimiento de los hijos y una historia de amor que avanza de forma natural.

¿Qué la diferencia tanto de otras películas de Samuráis?

Hay varias formas de dirigir una película de Samuráis según he podido apreciar. Se puede rodar en plan superproducción creando un largometraje como de 47 Ronin que fue un desafortunado intento de acercar la obra maestra de los años sesenta al gran público pero que para ser sinceros, fue una auténtica mierda.

Otra forma es como fue rodada originalmente 47 Ronin o las películas de Akira Kurosawa como las joyas: Yojimbo y los 7 Samuráis. Films difíciles de digerir para las grandes masas de hoy en día debido a que se centran mucho en los detalles que normalmente solo atañen al público japonés, un cine lento que puede resultar cansino. Se centran en las buenas conversaciones, en las actividades de los personajes y cuentan la historia así, donde en en muchas ocasiones lo que más cuenta es es el silencio... (ojo, no es una crítica, yo amo estas películas).

Identifiqué esas dos vertientes en la mayoría de producciones de Samuráis, destacando sobre todo la vertiente japonesa. Sin embargo, a veces nos llegan obras como son El Último Samurái o la que tratamos hoy. Yo las siento mucho más cercanas con el público general, consiguen transmitir valores que pueden entender y masticar ambos públicos, el occidental y el oriental. Tienen mejor ritmo y en general creo que ahí reside su secreto.

La banda sonora es brillante

Las composiciones de Isao Tomita tocarán literalmente tu corazón. La gran mayoría del metraje se torna algo silencioso y solo se usan las piezas del compositor en momentos importantes. Unas notas tristes, melancólicas interpretadas con instrumentos japoneses cuyos sonidos me fascinan por sonar tan diferente a lo que estamos acostumbrados en las bandas sonoras occidentales.

Una lástima no haber encontrado la banda sonora a la venta. Aún así, tenemos Youtube y quería compartir mi composición preferida de esta película: Tomoe jugando con las niñas. Puedes escucharla y juzgarla por ti mismo en el siguiente vídeo:

Otra pieza musical asombrosa y cargada de sentimientos

Mi Conclusión final, ¿Por qué habría que verla?

Una joya oculta y desconocida

Si has llegado hasta aquí leyendo mi opinión, habrás notado que valoro muy positivamente cada apartado del El Ocaso del Samurái. Para mi se trata de una película de 10, perfecta, una pena que sea tan desconocida debido a su origen japonés, a pesar de que fue nominada a un Oscar y se llevó más de una decena de premios en Japón.

Estoy convencido que el tiempo la convertirá en un clásico del cine japonés como llegaron a ser las películas de Akira Kurosawa. Por mi parte pongo mi granito de arena para que otras personas la descubran y la disfruten.

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